Si queremos fomentar lugares de trabajo amigables para el cerebro, debemos alentar a nuestros empleados (y a aquellos en puestos de liderazgo) a enfatizar la importancia de cuidarnos a nosotros mismos, física y mentalmente, de acuerdo con la empresa enfocada en el crecimiento empresarial a través del desarrollo del capital humano, Factor Humano Centroamérica.

En su blog, la firma sostiene que no se puede rendir al máximo si nos sentimos oprimidos, desanimados o derrotados, especialmente cuando es nuestra propia voz la que habla.

Basadas en un texto de Silvia Madiano, hace las siguientes recomendaciones para promover el diálogo positivo interno:

1. Visualiza el éxito: Esa vocecita en su cabeza probablemente se apresure a señalar todo lo que podría salir mal. Deja de escucharla y, en su lugar, practique la visualización del éxito. Ve todas las cosas maravillosas que podrían suceder en tu mente. El viejo dicho, «ver para creer» suena cierto, así que dedique tiempo a caminar a través de un escenario donde solo ocurren cosas positivas.
2. Escribe tus pensamientos negativos: Si está constantemente plagado de preocupaciones y dudas, escríbalas. Permite que sus pensamientos se derramen en la página. Una vez que haya sacado todas estas preocupaciones, imagina limpiando la mente. Luego, desecha simbólicamente estas preocupaciones quemando o reciclando el papel. Recuérdate a tí mismo que estas preocupaciones ya no están desenfrenadas en tu cerebro.
3. ¡Practica, practica, practica! No podrás cambiar el diálogo interno como puedes encender o apagar una lámpara. Tomará algo de práctica: la meditación, la respiración haciendo ejercicio, pasar tiempo en la naturaleza y perseguir sus pasatiempos, pueden ayudar a calmar los pensamientos críticos y obstructivos.

La preparación mental significa que tenemos confianza en nosotros mismos, la capacidad de concentrarnos y la capacidad de ver y planificar para el futuro. Visualizar el éxito es un uso mucho mejor de nuestro tiempo que preocuparse y sentir estrés por lo que podría ser.

Escuchar la voz interior negativa es un hábito difícil de romper, pero cuando somos conscientes de los efectos perjudiciales en nuestro cerebro podemos enfocar nuestra energía en mejorar nuestro rendimiento, nuestra salud psicológica y nuestro bienestar general.

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