Mala alimentación baja rendimiento del trabajador y productividad de la empresa
Una mala alimentación puede afectar no solo a la salud de las personas, sino al humor, el estrés o el sueño.
POR Redaccion,
13:03 - 13 de Octubre del 2023
Cada vez son más las personas que toman conciencia de cómo una mala alimentación puede afectar en el día a día, incluso en el desempeño laboral, de hecho, un estudio publicado por la Oficina Internacional del Trabajo reveló que una nutrición inadecuada da lugar a pérdidas de productividad de hasta un 20%.
Según la Organización Mundial de la Salud, una alimentación adecuada y una constante práctica de actividad física ayuda a combatir el estrés, lo que deriva directamente en cómo se rinde en el trabajo.
Los expertos de la cadena de restaurantes DO EAT! destacan algunos beneficios de que comer sano, equilibrado y variado contribuyen a mejorar la productividad y reducir el ausentismo de los empleados:
- Aporta la vitalidad necesaria para el día a día. Para afrontar con energía las horas de trabajo, es importante alimentarse con comida que aporte vitaminas y deje el cuerpo saciado, como un plato rico en proteína y fibra.
- Mejora la concentración. Una alimentación desequilibrada puede producir carencias específicas de algunos de los nutrientes. Los alimentos ricos en ácidos grasos poliinsaturados o en vitaminas A, C y E, son los que más ayudan a la concentración.
- Afecta al estado de ánimo. Los alimentos cargados de azúcar y con alto contenido de grasa que se suelen antojar cuando se está estresado o deprimido, por reconfortantes que parezcan, son los que menos benefician a la salud mental o al estado ánimo.
- Combate el cansancio y la fatiga. Para combatir el cansancio, es ideal consumir aquellos ricos en hierro como los frutos secos, las verduras, las legumbres, las carnes rojas o los cereales.
- Estimula el sistema inmunológico. Las personas que no llevan una alimentación saludable presentan un mayor riesgo de contraer infecciones o cualquier tipo de déficit que derive en un problema mayor.
No solo se debe poner el foco en los alimentos que sí son saludables y en los que no. La alimentación se debe valorar en conjunto, además de la calidad del sueño, la actividad física y el nivel de estrés.
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