Bolivia registró el mayor índice de informalidad de la región y uno de los más elevados a nivel mundial, con cerca de ocho de cada diez trabajadores empleados en el sector informal.
En las dos mayores economías de América Latina —México y Brasil— la informalidad laboral continúa siendo un desafío significativo. Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) correspondientes a 2023, el 52% de la fuerza laboral en México y el 36% en Brasil se encuentra en condiciones de informalidad.
Con base en estas cifras, Statista elaboró una infografía que refleja una realidad común en la región: cerca de la mitad de las personas empleadas en América Latina trabajan en el sector informal.
La situación varía entre subregiones. En la zona andina, países como Perú y Ecuador presentan niveles particularmente altos de informalidad, con más de dos tercios de su población ocupada desempeñándose en empleos informales. En contraste, Chile y Uruguay, en el Cono Sur, destacan por tener mayor proporción de empleo formal, registrando tasas de informalidad por debajo del 30%.
Al respecto, Claudia Coenjaerts, directora regional interina de la OIT para América Latina y el Caribe, subrayó la necesidad de actuar con urgencia: “En este momento es urgente la implementación y fortalecimiento de diferentes tipos de políticas que contribuyan a la creación de empleo formal y al sostenimiento de los ingresos laborales.”
La alta informalidad limita el acceso a derechos laborales básicos, seguridad social y estabilidad económica. Por ello, el llamado a reforzar políticas públicas que impulsen el empleo digno cobra cada vez más relevancia en una región que busca recuperarse tras los impactos sociales y económicos de los últimos años.
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