A diferencia del absentismo, donde los empleados no asisten al trabajo, el presentismo implica estar físicamente presente, pero con un rendimiento reducido y una menor productividad.
Asistir al trabajo incluso cuando no se está en condiciones óptimas, ya sea por factores personales, enfermedad, fatiga, estrés u otros factores que podrían afectar el rendimiento laboral es un hábito cada vez más recurrente entre los empleados, aunque esto no implica mayor productividad.
En palabras de Raúl Santillán, CEO de FiscoClic, plataforma RRHH en la nube, los colaboradores pueden estar físicamente presentes en su lugar de trabajo, sin embargo, no están completamente comprometidos o funcionando al máximo de su capacidad por las razones antes descritas. Esto se denomina presentismo.
Esta práctica puede tener consecuencias negativas tanto para el empleado como para la empresa en términos de eficiencia, calidad del trabajo y satisfacción laboral, ya que puede afectar la productividad de varias maneras: descenso en el rendimiento, contagio de enfermedades, baja moral, agotamiento, así como un efecto negativo en la cultura laboral.
Para reducirlo, mejorar la productividad y el bienestar de los empleados, de acuerdo con Santillán, las empresas pueden adoptar diversas estrategias y políticas como fomentar una cultura laboral saludable, a las que se añaden las siguientes:
De acuerdo con Santillán, al implementar estas medidas, las empresas pueden reducir el problema y mejorar el bienestar y la productividad de sus empleados. Además, estas prácticas pueden contribuir a una cultura laboral más positiva y, en última instancia, al éxito de la organización.
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