La esclerosis múltiple puede ocurrir a cualquier edad, pero la edad promedio a nivel mundial es de 32 años, esto quiere decir que afecta en una etapa activa a nivel social, familiar y laboral.
Es fundamental realizar esfuerzos de concientización y educación para la sociedad y sobre todo en los entornos laborales, destacando que el ser diagnosticado con esclerosis múltiple, enfermedad crónica, inflamatoria, desmielinizante y degenerativa que afecta el sistema nervioso central, no es un impedimento laboral.
Un diagnóstico oportuno en el momento que un paciente comienza a tener síntomas puede ayudar a reducir las secuelas, favoreciendo el tener una mejor calidad de vida, además de seguir siendo productivo, de acuerdo con un comunicado de Merck, compañía especializada en ciencia y tecnología.
Un estudio revela que un 43 por ciento de las personas con EM deja de trabajar durante los tres años posteriores al diagnóstico, un porcentaje que se eleva hasta el 70 por ciento diez años después del diagnóstico.
“Es importante introducir temas de flexibilidad horaria, planificación de descansos, accesibilidad a los puestos de trabajo y mejorar en las rutinas de trabajo para que las personas que padecen EM puedan trabajar con normalidad sin afectar la productividad”, mencionó la Doctora Verónica Rivas.
Y es que entre sus síntomas más comunes están los espasmos musculares, la espasticidad, la debilidad, la dificultad de movimiento, la depresión o el dolor lo que impacta negativamente en la calidad de vida de los pacientes.
Actualmente esta enfermedad no tiene cura por lo que sus tratamientos se centran en ayudar a los pacientes a manejar sus síntomas, controlar los brotes y ralentizar la progresión de la enfermedad.
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